¿Quién dijo que una buena galleta sin mantequilla
ni azúcar no puede ser deliciosa?. Otra cosa será que estemos acostumbrados a
que cuando comamos galletas solo notemos sabor a grasas y a dulce, en lugar de saborear
el rico cereal.
Para mí, es de las mejores galletas que he
probado, sobretodo la variante que echo con cerveza, ya que le aporta un sabor
que combina muy bien con la avena.
Estas galletas son una maravilla para hacer
cualquier tipo de montadito o para ir matando el gusanillo, pero cuidado que
son adictivas. Por muy saludables que sean, enganchan.
En este caso, las galletas de la izquierda están echas con cerveza negra y cristales de sal por encima, y las de la derecha con agua y perlas de chocolate.
Ingredientes
- 120 gr. de copos de avena enteros
- 120 gr. de copos de avena molidos o de harina de avena
- una cucharada de semillas de sésamo
- 60 gr. de aceite de oliva
- una pizca de sal
- 240 gr. de cerveza o de agua hirviendo
El proceso es muy sencillo, o bien compramos
harina de avena o utilizando los mismos copos de avena que pondremos enteros,
los pasamos por un molinillo / batidora y de ellos hacemos harina. Sobre la
mezcla de harina, copos, sésamo, sal y aceite, todo ello en un bol, vertemos el
líquido hirviendo, ya sea agua, cerveza, o lo que más nos apetezca. Removemos
bien con un cucharón y lo dejamos reposar por espacio de unos 30 minutos. Este reposo le irá bien para que la avena absorba todo el líquido
y la masa quede menos pegajosa.
Una vez la masa ha reposado el tiempo indicado,
enharinamos levemente la superficie de trabajo y con un rodillo dejamos la masa
bien fina, aproximadamente de unos 0,5 centímetros de espesor y cortar con un corta
pastas, baso, molde o lo que tengáis a mano.
Hornear las galletas aproximadamente 30 minutos a
200 ºC o hasta que empiecen a dorarse. Es importante que queden bien
crujientes, y eso nos lo dará una buena cocción.
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