La primera vez que probé esta mermelada me sorprendió, como me continua sorprendiendo ahora, ya que la combinación del dulce del azúcar de la mermelada, del picante del jengibre y del sabor afrutado del vino blanco que se utiliza en su preparación la hace ideal para comer sola, con un buen pan de centeno o para acompañar a un queso curado de oveja. Combinaciones imposibles que no dejan indiferente.
Ingredientes
- 250 gr de jengibre fresco pelado
- 400 gr de azúcar blanco más 100 gr de azúcar moreno
- 750 ml de vino blanco semidulce
- 7 gr de agar agar
Cortar a trocitos pequeños el jengibre y cocer hasta conseguir la textura adecuada; entre una hora y media y dos. A media cocción pasar la batidora para triturar el jengibre.
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