Esta pasta es típica en Japón, y son unos fideos hechos con harina de trigo sarraceno o alforfón (fajol en catalán) y agua. El trigo sarraceno es peculiar, pero a mi desde el primer día me encantó. Tiene un toque dulce y un tacto muy agradable, y aparte de estar bueno, es sano, sanísimo.
No es cereal sin embargo tiene más proteína por porción que el arroz, el trigo, el mijo, o el maíz.
Es rico en vitaminas B y minerales, y se ha demostrado que ayuda a reducir y estabilizar de azúcar en la sangre.
El trigo sarraceno se conoce también como alforfón, trigo turco, morisco o moro. Esta semilla, es muy nutritiva y sabrosa.
El Sarraceno es muy aromático, con un sabor muy intenso, muy nutritivo y no contiene gluten (ideal para celiácos).
Le llaman “el rey de la proteína vegetal” debido a que que tiene entre un 10 y un 13 % proteínas.
Es muy rico en el aminoácido «Lisina» (escaso en las proteínas vegetales) y en otros aminoácidos esenciales (arginina, metionina, treonina y valina).
El sarraceno es uno de los alimentos amiláceos más sanos y naturales.
No se recomienda tomarlo por la noche en gran cantidad ya que aunque no es excitante da mucha energía.
Aunque el almidón es el principal carbohidrato presente, su poder energético está relacionado con la presencia de un hidrato de carbono complejo (manosa, galactosa, xylosa y ácido glucurónico). De allí su particular capacidad de darnos una gran energía.
Combate el colesterol.
El trigo sarraceno es muy conveniente para tratar las varices, hemorragias retínales y otros problemas circulatorios ya que además tiene una función antiinflamatoria.
Su contenido en vitaminas del grupo B junto con su aporte de hierro son buenos aliados contra la Anemia.
Al ser un alimento rico en ácido oleico, linoleico, palmítico y linolénico, el trigo sarraceno o alforfón nos ayuda en la lucha contra el colesterol y las enfermedades cardiovasculares.
Vamos, que mas no le podemos pedir. Yo lo como tanto en harina (para hacer pasta o pan) o en cereal (hervido como si fuera arroz).
En este caso, pasta soba con espárragos verdes (crudos y bien crujientes).
Para hacer la pasta, añadir agua hirviendo a la harina y trabajarla hasta que tenga la textura adecuada para poderla alisar con el rodillo. Cortar con un cuchillo bien afilado y hervir unos dos minutos.
Hola, puedes poner las cantidades que has utilizado? Un saludo y gracias.
ResponderEliminarBuenas Juanjo. No te puedo contestar, ya que en la pasta soba no mido las cantidades; es cuestión de textura. Suerte
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