Empiezo esta historia explicando a los lectores de este blog el porque últimamente hay pocas entradas nuevas, y estas están muy espaciadas. Supongo que todo el mundo lo entenderá, ya que es el sueño de la mayoría de los humanos.
Pues desde hace un par de meses, casi estoy mas horas con los pies colgando en el cielo que con los pies en el suelo, suspendido con unas cuerdas muy pero que muy finas que me unen a un pedazo de tela. Todo ello se llama parapente, y junto al verano, que en mi caso panifico menos, es el culpable de que últimamente este muy ocupado, esos si, por voluntad propia.
Comparándolo un poco (de lejos) con el arte de hacer pan, volar sería algo parecido a usar ingredientes sin seguir ninguna receta preestablecida, y tener nuevas ideas en mezclar harinas y todo tipo de cosas sin saber muy bien como va a ser lo que va a salir, pero sin adrenalina en la sangre, claro está. Volando uno está en un medio que no se ve, buscando ascendencias para poderse desplazar durante un periodo de tiempo mas largo, e improvisando en todo momento, ya que las ascendencias y descendencias no se ven, solo se sienten.
En estas magdalenas he utilizado una harina procedente de una variedad de trigo antiguo, el trigo Montcada, una harina muy especial con un sabor increíble que recuerda el sabor de ciertos frutos secos.
La proporción de los ingredientes en esta magdalenas también es distinta, obteniendo una textura un poco más esponjosa y ligera.
Ingredientes
- 350 g de harina semi integral de trigo Montcada
- 200 g de azúcar
- 250 g de aceite de oliva suave
- 75 g de leche de almendras
- 15 g de levadura química
- 4 huevos
El proceso es el mismo que en las recetas anteriores.
Batimos bien los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa
Añadimos el aceite y la leche y batimos durante 1 minuto
Añadimos la harina y la levadura y batimos durante 4 minutos
Horneamos por espacio de 20 minutos a 200 ºC
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